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  • Foto del escritorGiuliana Vomero

Arte, Juventud y Desechos.

Actualizado: 19 oct 2023

Adolescentes sensibilizan sobre contaminación ambiental mediante composiciones artísticas.

Obra de arte sobre una pared en la que se muestra una  ola y un sol. El sol está realizado con envoltorios de comida de color amarillo. La ola también está realizada con envoltorios, botellas, etiquetas y tapitas de color blanco, rojo, verde y azul.

Mural realizado por estudiantes y docente del proyecto Yo Resignifico. Foto:Valeria Frangelli.


Es una realidad. Estamos constantemente recibiendo noticias y publicaciones en redes sociales con estadísticas sobre el aumento de producción de plástico, contaminación y sus consecuencias en la conservación del océano y biodiversidad. Pero, si nos tomamos 5 minutos para pensar cómo impacta dicha información en nuestro actuar. ¿Cómo dimensionamos una problemática de tal magnitud si descartamos nuestra basura de manera tan fácil? ¿No estamos de alguna manera engañándonos al actuar tan despreocupadamente frente a estos?.


Estas preguntas también pasaron por la mente de la artista, docente de Arte y Comunicación Visual Valeria Frangelli, quien, desde la pandemia, en diferentes instituciones educativas de Montevideo y Canelones (Uruguay) invita a sus estudiantes a reflexionar sobre problemáticas ambientales a través del proyecto Yo Resignifico.


Fueron varios los motivos por los que Valeria incluyó el proyecto Yo Resignifico en su currícula anual. Uno de ellos fue el significado y valor que otorgamos a los objetos y materiales que utilizamos en nuestra vida cotidiana. Sobre esto Valeria nos cuenta:


“Muchas personas son conscientes sobre los desechos y el impacto que generan sobre el ambiente, y por tal motivo ya han tomado medidas en los hábitos diarios como el reciclaje, entre otros métodos. Pero, aún queda mucho camino para recorrer. Especialmente, profundizar y discernir: ¿Qué definimos como desecho? ¿Qué pasa con un objeto cuando caduca su función? ¿Lo tiro en el contenedor y ya no es mi problema?


El proyecto surge de la necesidad de hacer visible lo ignorado. Por eso me pareció una muy buena oportunidad introducir esta realidad a los adolescentes, dar a conocer, manifestar, y generar conciencia a través de un medio de comunicación tan latente como es el arte.”


Para llevarlo a cabo, Valeria se inspiró en diferentes artistas internacionales y locales que trabajan diversas técnicas artísticas a partir del uso del plástico y utensilios encontrados en limpiezas de playas y espacios. Esta actividad curricular no sólo llama a la creatividad, si no también a la aplicación de técnicas en el arte y a contribuir en la comunicación de problemas ambientales a la comunidad educativa.


Valeria y un es estudiante sentados en el piso, terminando la obra que se describió en la figura anterior

“El arte, en sus diversas formas, es el medio de comunicación que ha atravesado la historia y emociones de la humanidad. Siempre he sido amante de las texturas. Estas me movilizan mucho. Toda textura despierta nuestras emociones, conecta con las mismas. Si bien parten de la subjetividad de cada individuo ellas son un conector para hacernos recordar vivencias.”

Foto tomada por estudiantes durante el proceso de construcción del mural.


Visibilizar lo ignorado: un proceso de aprendizaje y reflexión.

La primera experiencia que tienen los estudiantes en el proyecto es la investigación. Con dos simples preguntas: “¿Qué sucede con los envoltorios de elementos que consumimos en el recreo? ¿Qué nuevo rol le toca ejercer al envoltorio cuando caduca su función?” Valeria invita a los estudiantes a dimensionar y visualizar los desechos que pueden encontrar en su día a día. La artista los invita a compartir estos datos con los demás estudiantes y cuantificarlos en diferentes escalas: una escala micro, diaria en su núcleo familiar, y en una escala mayor, como ser el barrio, la ciudad o incluso el país.


Las reacciones de los estudiantes son variadas, pero todas tienen algo en común: el factor sorpresa al darse cuenta la cantidad de residuos que desechamos en el día a día. “Un montón” como ellos mismos lo expresan. Se sorprenden genuinamente de los números a los que llegan. Es que no todos somos conscientes de lo que significa que aproximadamente 1,1 kg de basura se desperdicie por cada persona que vive en Uruguay.


La segunda etapa es la recolección de materiales por parte de los alumnos en diversos ámbitos. Valeria promueve la utilización de objetos que ya tienen en sus mochilas, resignificándolos. También se apuesta al reciclaje de elementos desde sus hogares, recreo o de la propia institución educativa.


Esta etapa, además, se acompaña con el contenido artístico que se aplicará en las creaciones. Como ser: reglas de composición, teoría de color, arte abstracto, texturas y transformación de la espacialidad (es decir, de lo bidimensional a lo tridimensional). Generando así, las herramientas para que cada estudiante pueda construir un mensaje en su obra. Por otra parte, el arte Povera es una vanguardia artística italiana que nace cerca de 1960 utilizando materiales “pobres”, del día a día. De allí su nombre, desafiando los materiales y vanguardias del arte convencional. Valeria nos cuenta que esta vanguardia es la que guía el trabajo y nos cuestiona: ¿es el plástico o cualquier basura un desecho?


“Este proyecto, por sobre todas las cosas, valora cada elemento que nos rodea. El resultado es generar conciencia en cada estudiante, para que este lleve un mensaje a su entorno, además de investigar, reconocer y transitar técnicas diversas de arte y artistas referentes.”


El proyecto continúa con la etapa de creación, en la que los estudiantes componen la obra mostrando el mensaje o reflexión que quieren transmitir de la problemática. Durante la creación de la pieza, los estudiantes escriben su fundamento, el mensaje que quieren transmitir al momento de ser exhibida. Al finalizar los estudiantes exponen sus obras en los centros educativos para llevar su voz y reflexión en su comunidad.

Obras finales de estudiantes de Montevideo y Canelones en el proyecto Yo Resignifico.

Fotos: Valeria Frangelli.


El arte como agente de cambio.

El arte transmite mensajes y crea puentes entre problemáticas ambientales y realidades sociales distintas. Como espectadores, somos testigos del impacto que este genera en cada uno de nosotros. Lo enriquecedor del proyecto Yo Resignifico es el impacto que genera en cada adolescente al construir y expresar su conocimiento e inquietudes sobre la contaminación del ambiente en el día a día. En los fundamentos los estudiantes expresan:


“En este trabajo quiso mostrar el poder de superar adversidades. Mi trabajo está dividido en dos colores: blanco y negro. El color blanco simboliza la paz mientras que el negro la oscuridad dando a entender que es algo malo, triste y sin vida. La parte blanca de la pieza representan la vida, creatividad, expandir nuestra mente y capacidades.”

Estudiantes en el proceso de composición del mural. Fotos: Valeria Frangelli.


“En mi trabajo quiero representar a la humanidad, la contaminación y cómo nos mata lentamente. Nosotros mismos la generamos. Nosotros causamos nuestra propia muerte.”


“En mi arte Povera quise representar el consumismo, como vamos consumiendo sin darnos cuenta la cantidad. Por ejemplo: tenemos ropa, lanzan algo nuevo al mercado, se pone de moda y ya queremos comprar esa prenda. Luego, esa ropa que ya no la usamos, la desechamos. Así es como las cosas se van acumulando y nos empezamos a dar cuenta de todo lo que consumimos.”


En la opinión de los adolescentes predominan sentimientos de urgencia, preocupación al visualizar las acciones que dan origen a la problemática, y esperanza por encontrar soluciones. A través de la creatividad, empatía y sentido de pertenencia tomaron contacto genuino con la problemática ambiental. Sin lugar a duda, lograron visibilizar y dimensionar aquello que muchas veces pasamos por alto.


El próximo paso para estos adolescentes es poder ser agentes de cambios en su comunidad, ayudar a que otros visibilicen la problemática, y desarrollar actitudes más conscientes con la biodiversidad que los rodea como ciudadanos responsables.


En mi opinión, Valeria es un ejemplo de artista y docente, que, junto a su pasión, inspira y crea experiencias que fomentan una educación integral en los estudiantes. El proyecto invitó a los estudiantes a ser responsables y críticos con el mundo que los rodea. Es inspiración para que más proyectos con estas características se implementen en otros centros educativos. Un valioso aporte que los adolescentes y Valeria Frangelli seguirán entregando a su comunidad.


Si quieres conocer el trabajo artístico y profesional de Valeria Frangelli, visita su perfil de Instagram: https://www.instagram.com/valeriafrangelli/



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